Ursula Langellotti

Clemátide - Clematis vitalba

 

Venenosa

Antiguamente era  muy buscada para el  tratamiento de las enfermedades  venéreas, de la gota, de los  reúmas y de las enfermedades  óseas.

Es incontestable la virtud  rubefaciente y vesicante  de sus hojas frescas.  Aprovechándose de estas  facultades, los mendigos  usaban de ella en otros tiempos  para producirse mancillas o  llagas que luego exponían a la  conmiseración publica.

 Se recolectan sus sumidades  en la época de plena floración  y se dejan secar. Una vez secas se conservan en sobre cerrado.

La medicina popular emplea  la decocción en compresas  sobre las heridas supurantes  y las úlceras.

Al secarse la clemátide pierde  casi por completo la  condición toxica.

 

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