Ursula Langellotti

Membrillo - Cydonia oblonga

 

Se recolectan los frutos y las  semillas que ellos encierran.  Se dejan en reposo  algún tiempo  y se cortan, para luego secarlos a  una temperatura máxima de 50  grados.

Su pulpa contiene azúcares, pectina, vitamina C, aceites esenciales, taninos  y ácidos orgánicos.  Se emplean en infusiones  contra  los trastornos gástricos, los dolores de garganta, las diarreas y las hemorragias.

El mucílago se obtiene poniendo en remojo, en agua, las semillas de membrillo, las cuales se recubren de una gruesa capa de jalea.  Un gramo de semillas  puede cuajar hasta 30 gramos de agua, formando una jalea muy espesa. Pero hay que emplear las semillas enteras.

Como tópico, esta jalea de  semillas de membrillo se usa  contra las inflamaciones de los  ojos, y para molificar las asperezas  de la piel, las grietas de los labios, para sanar los sabañones y las quemaduras.

Sobre todo, como cosmético, para  sujetar el pelo y dar lustre a las  pocas barbas que quedan.   

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