Ursula Langellotti

Diente de león – Taraxacum officinale

 

A principios de la primavera aparecen los bohordos florales terminados en cabezuelas amarillas formadas exclusivamente por lígulas. Tras su floración la cabezuela se transforma en una esfera de aquenios con copete. Toda la planta está recorrida por lactíferos con un latex blanco no tóxico.

Desde siempre el diente de león se ha venido utilizando para los cuidados oculares, de donde le viene su nombre genérico: taraxis, que quiere decir inflamación ocular.

Las hojas y flores se recogen para las curas depurativas de primavera. Sobre todo las raíces.

La raíz y el tallo son productos amargos, estomacales, estimulantes de las secreciones gástricas y de acción colagoga.

Las hojas jóvenes y frescas son ricas en vitamina C y se consumen en ensaladas.

Las flores contienen carotenoides y triterpenos. Confitadas en azúcar alivian la tos, aunque no pueden sustituir a la auténtica miel, cuyos efectos son mucho más concluyentes.

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