Se utilizan con fines  medicinales sobre todo los granos, aunque también la  paja en menor medida.

Los copos de avena sirven principalmente para preparar sopas y papillas para los convalecientes que recobran sus fuerzas después de sufrir  enfermedades graves,  operaciones y diarreas  violentas.

Una infusión de dos o tres  cucharaditas de copos de  avena por cada taza de agua estimula el apetito y alivia  los dolores de garganta y  pecho. Reduce la actividad  tiroidal y constituye un  fármaco secundario para el  tratamiento de diabetes,  esclerosis e hipertensión.

La paja sirve para preparar  baños calmantes de dolores  reumáticos, ciáticos y de  afecciones hepáticas. Su decocción es eficaz contra  el eczema y los sabañones.